domingo, 1 de mayo de 2011

HACIA UNA NUEVA GEOGRAFÍA DE LA CRISIS

HACIA UNA NUEVA GEOGRAFÍA DE LA CRISIS

“Si no hay pactos en la UE, mejor separarse”, protestaba Berlusconi al enterarse de que Francia había bloqueado el ingreso de trenes desde Italia para frenar el aluvión de inmigrantes tunecinos aunque tengan visas dadas por autoridades italianas. Es una decisión temporal, explicó el Eliseo, para asegurar el orden público. Los acuerdos de Schengen han sido respetados, alegó el ministro del Interior Claude Guéant. Pero tanto Berlusconi como Sarkozy tocan fondo, ahora, en las encuestas y necesitan remontar cuanto antes: cada uno a su manera tiene que perfilarse como ganador. Van Rompuy les reclama a ambos moderación. La UE rechaza el plan italiano de repatriar a los tunecinos. Y para colmo, declara la compatibilidad de la decisión francesa con los acuerdos de Schengen.

Algunos creyeron ver en el caso de los trenes “dos populismos enfrentados”, el del italiano y el del francés. Pero Berlusconi no tardó en poner a Italia al lado de Francia y el Reino Unido para acordar el envío de “asesores militares” a los rebeldes que siguen luchando contra Gadafi, según una iniciativa británica no compartida por el Pentágono. Y Sarkozy se montó una recepción en el Eliseo al líder de los rebeldes libios como si fuera el Presidente de un estado amigo. La protesta estalla en Siria con una implacable reacción gubernamental que mata a manifestantes y, al día siguiente, a quienes estaban enterrando a sus muertos. Problemas inmensos sacuden de pronto a este complejo país y, al cabo de cinco semanas, producen una escalada que afecta ya a Irán y a Turquía, en medio de una extraña pasividad de vecinos y europeos. Aunque Reino Unido, Francia e Italia pidan sanciones. Mientras el Secretario General de la ONU también las reclama, el Secretario de Defensa de EEUU parece descartar una intervención.

El “populismo” también está creciendo en el Norte de Europa. Ahora en Finlandia, con un nombre que ya lo describe: Verdaderos Finlandeses. No gobierna, pero es el único partido que ha ganado escaños en las elecciones de abril 17, con un 19% de votos que lo ponen en tercer lugar, tras la Coalición Nacional de centro derecha y el Partido Socialdemócrata. También involucra a la UE: Verdaderos Finlandeses forman parte de más del 50% contrario al rescate de Portugal. Y, cruzando el Atlántico, otros “populismos” pasan a primer plano o lo mantienen desde hace años. El Peronismo, multiforme, lo es desde la irrupción de Perón, 1943. Chávez persevera en Venezuela. Y el más reciente irrumpe en Haití con Michel “Sweet Micky” Martelly, conquista por el voto popular la Presidencia de un país del que estuvo ausente largo tiempo, pero donde ya era famoso como estrella del espectáculo, triunfante en el extranjero. Su campaña lo anunció como un “rebelde” que quiere sacudir al establishment, pero apenas elegido viajó a Washington para modernizar unas fuerzas armadas de larga tradición golpista. En Perú, se enfrentarán por la presidencia el 5 de junio dos populistas, Ollanta, por Gana Perú, y Keiko Fujimori, por Fuerza 2011. Ollanta ya ha cambiado vestuario y discurso para ganar votos de quienes rechazaban su ostentosa grosería, su demagogia barata. Keiko, la joven hija de Fujimori, promete dejar en la cárcel a su padre pero también elevar los ingresos de los más pobres que siguen siendo mayoría explotada en medio de un país enriquecido y clasista.

Curiosos tiempos estos de cambios de futuro incierto que generan una nueva geografía de la crisis con escenarios y protagonistas muy diferentes: en parte ya conocidos, en parte poco, mal o nada conocidos desde nuestra perspectiva europea. Crítica frontal de muchos a la UE, la ONU y la OTAN a propósito de la “Intervención humanitaria” en Libia, con su secuela de víctimas del “fuego amigo” y de disensos abiertos en EEUU (entre el Pentágono y el Departamento de Estado, sobre todo), entre EEUU y la UE, entre estados miembros de la UE . Oposición abierta a esta intervención “humanitaria” por parte del BRICS, ese nuevo grupo que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. ¿Hasta dónde llegarán sus avances en Latinoamérica, África, Asia y -también- EEUU y Europa?

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