"Los amigos a veces deben hablar claro" dijo en Bruselas el Secretario de Defensa de EEUU Robert Gates.
Y habló.
Si las cosas no cambian en Europa, dijo, la OTAN tiene muy poco porvenir. Los norteamericanos están cansados de ocuparse casi en exclusiva de las tareas de combate más duras. De aportar casi el 75% del gasto total de la OTAN. De la incapacidad de los aliados para honrar sus promesas. De cómo en Afganistán y Libia "se han repetido dolorosamene los mismos defectos: falta de voluntad y de medios que ha comprometido la eficacia de las operaciones. Del ridículo de que los europeos se queden sin munición ante un ejército tan mal equipado como el libio.
En Washington, subrayó Gates, hay cada vez menos ganas de gastar dinero en países que no invierten lo suficiente en defenderse a sí mismos.
Lástima que todo esto lo dice Gates cuando deja la secretaría de Defensa. ¿Qué nos dirá su sucesor?
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