El caso News of the World está desembocando, a mediados de Julio, en la doble investigación de las maniobras de Rupert Murdoch y su hijo James en el Reino Unido y, a la vez, en los EEUU. Era de prever, puesto que la News Corporation, el centro de su imperio mediático, se encuentra en EEUU.
El martes 19, pese a las maniobras urdidas por los dos para evitarlo, los Murdoch tendrán que comparecer ante la Cámara de los Comunes para declarar bajo juramento qué saben de las escuchas ilegales y los sobornos a policías realizados por los medios que poseen en el Reino Unido. ¿Cómo explican que News of the World espiara los teléfonos de la familia real, del primer ministro, de soldados muertos en Afganistán, de víctimas de Al Qaeda, de familias de niñas asesinadas por pederastas? Además de los Comunes, hay en el Reino Unido una investigación del gobierno presidida por un juez y otra de Scotland Yard.
En EEUU espera a los Murdoch el FBI, que tendrá que determinar, entre otros cargos, si medios de Murdoch espiaron también a víctimas del 11-S.
Mientras tanto, el FBI indagará en EEUU si medios de Murdoch espiaron a víctimas del 11-S pirateando sus teléfonos. Y otras actuaciones del magnate, su hijo y sus secuaces de alto rango.
Habrá que ver cuántos personajes ajenos a la empresa colaboran con ella y hasta dónde llegan estas alianzas. Hasta ahora, el más perjudicado es nada menos que el primer ministro británico por su amistad con los Murdoch y por haber nombrado a su amigo Andy Coulson como director de comunicaciones de Downing Street. Aunque ya no lo sea, Coulson salpica la imagen del Primer Ministro por cuanto ese nombramiento se produjo después de que Coulson fuera el director de News of the World en tiempos en que las escuchas telefónicas eran práctica privilegiada por empresas de Murdoch.
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