DIMISIÓN MUY LAMENTABLE, “DE EFECTO INMEDIATO”
En un incontrolado impulso de amor paterno, Alberto Oliart, ministro en los difíciles gobiernos de Adolfo Suárez y Calvo Sotelo, autor de poemas y ensayos, dedicado después a la cría de ganado merino en su finca de Badajoz, presidente durante 17 años de la Asociación de Criadores de Cerdo Ibérico, se vio obligado a dimitir de la presidencia de RTVE –para la que había sido designado en noviembre 2009- a las pocas horas de trascender que TVE había adjudicado la cobertura del programa La mañana de La 1 a Telefonica Broadcast Services, empresa dirigida por su hijo Pablo.
La dimisión, dijo Oliart, es “irrevocable y de efecto inmediato”, por razones “de estricto carácter personal”. La lamento, porque suyo fue el protagonismo en el logro de altos niveles de calidad en la radio y sobre todo en la televisión, donde suprimió la publicidad y reclutó excelentes periodistas de la nueva generación, con especial destaque de jóvenes mujeres tan hermosas como competentes.
No será fácil encontrar un sucesor a su altura. Peor todavía: el rechazo por el PP de un pacto sobre RTVE –precisamente en estos tiempos de confrontación electoral- bloquea el relevo de Alberto Oliart.
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