Coincidiendo con la creación del CELAC, miles de nicaragüenses protestan contra la "fraudulenta reelección" de Daniel Ortega. Miles seguirán protestando contra la próxima reelección de Chavez. Los dos personajes y sus regímenes son muy bien conocidos por los demócratas del Cono Sur. Que tampoco están unidos, como se puso de manifiesto en la cumbre de Asunción. Chile mantiene su tradicional autosuficiencia, Argentina crece económicamente pero no resuelve sus problemas sociales, Brasil vé caer un ministro tras otro, Uruguay fue increpado por Sarko a instancias de la recién reelegida viuda de El. Bolivia sigue clamando su salida al mar mientras su presidente no puede controlar el vasto mosaico de culturas indígenas muy diferenciadas.
El argumento petrolero no explica por sí solo el éxito del autoritario Chávez ni la reunión de personajes tan diferenciados. El argumento esgrimido por el propio Chávez y presuntamente compartido por todos los del CELAC es la divergencia radical en sus intereses económicos, en plena crisis, entre el CELAC y las dos grandes potencias del continente: EEUU y Canadá. Obama ha espoleado el desencuentro dando la espalda a estos vecinos. Que, a su vez, mantienen conflictos mutuos de larga duración.
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