martes, 4 de enero de 2011

DILMA PRESIDENTA

“Vengo para continuar la obra transformadora del Presidente Lula”, afirmó Dilma Rousseff. “Un presidente que cambió la forma de gobernar.” Sereno, lúcido estreno de la Presidencia por Dilma Rousseff, con el apoyo de una mayoría absoluta en el Congreso y, no menos importante, de Lula, de quien fue jefa de Gabinete y que lanzó su candidatura.

Promesas fuertes de difícil ejecución: eliminar la pobreza extrema que todavía afecta al 9% de la población, mejorar la atención sanitaria y la educación, asegurar inversiones urgentes en aeropuertos y otras infraestructuras de transporte con la vista puesta en la Copa del Mundo que se disputará en 2014, resolver las distorsiones generadas por el boom petrolero, mantener baja la inflación, realizar el ajuste fiscal, construir un Estado más eficiente para este inmenso país que ya tiene su lugar entre las diez economías más grandes del mundo y ya es miembro muy activo del G20.

Esta antigua guerrillera que aprendió en Uruguay las artes de la guerrilla urbana, prisionera de la dictadura, convertida en economista, 60 años, divorciada, con dos hijas, afirma respecto de su pasado juvenil: “Soporté las adversidades más extremas. No tengo arrepentimiento, pero tampoco resentimiento.”

insiste Dilma en que pese a la movilidad social aún existe una pobreza que “avergüenza a nuestro país”. Tendrá a su lado a Marco Aurelio García, que fue asesor internacional de Lula y mantendrá la “apertura a China”. Necesitará de sus socios del Partido del Movimiento Democrático Brasilero, al que pertenecen su vicepresidente Michel Temer y seis ministros, que se sitúan apenas a la derecha de su Partido del Trabajo. Y también de un Congreso donde tendrá la mayoría absoluta pero que no está a su altura: sus miembros acaban de adjudicarse un enorme aumento en los sueldos.

“Tengo mucho que hacer por este país”, dijo Lula al volver, tras ocho años de gobierno, a su antigua residencia en la población obrera de Sâo Bernardo do Campo, en el extrarradio de la inmensa Sâo Paulo, donde lo recibieron dos mil partidarios y vecinos. Pero ¿cómo interpretar ese “hacer”? ¿Se propone acaso aspirar a la Presidencia en 2014, cuando terminen los cuatro años de Dilma? Zorro viejo, Lula no apura una respuesta positiva a esta posibilidad, pero tampoco la niega. Lo seguro es que no abandonará la política. Y mientras tanto, l6 de 37 ministros de Dilma ya lo habían sido bajo la presidencia de Lula.

Al día siguiente de la toma de posesión del cargo, Dina recibió a algunos invitados. El primero era Chávez, que el día anterior la había llamado “una gran presidenta”, pero sin dar explicaciones ya se había ido. Comenzó entonces con el Príncipe Felipe, y siguió con el primer ministro portugués José Sócrates, el presidente de Uruguay, Pepe Mújica, el palestino Mahmud Abbas, el primer ministro surcoreano y al vicepresidente de Cuba, Juan Ramón Machado. Sorprendentemente, Cristina Fernández no había viajado al Brasil, ni explicó tan extraña ausencia.

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