viernes, 28 de octubre de 2011

CAMPEONÍSIMA DE LA CULPA IN ELIGENDO

La cadena de renuncias en el gobierno de Dilma Rousseff comenzó por el jefe de la Casa Civil (ministro de la Presidencia) el 7 de junio y siguió con las de los titulares de Transportes, Agricultura, Turismo y, ahora, Deportes, cartera tanto más relevante cuanto que Brasil será sede de un Mundial de Fútbol y unos Juegos Olímpicos. Este último, Orlando Silva, negro, miembro del Partido Comunista de Brasil (uno de los diez partidos que apoyan al gobierno) apareció implicado en el desvío de más de 16 millones de euros  de las arcas públicas para destinarlos a su propio beneficio o, habrá que ver, el del partido.

Según la policía militar, Silva había recibido dinero directamente a través de una ONG dedicada a programas sociales para fomentar el deporte entre niños desfavorecidos. Silva comenzó negando todas las imputaciones, Lula lo animó inicialmente a mantenerse firme, Dilma también le dio su confianza pidiéndole confianza hasta que todo se aclarase pero el 26 de octubre le ordenó su salida: "Orlando comprendió que la situación era imposible" -y su partido espera retener la cartera.

¿Qué ocurre para que una política tan inteligente como Dilma, que tan rápidamente logró prestigio internacional empujada por Lula, cometa tantos desastres al elegir a los componentes de su gobierno? ¿Quiénes la orientan tan mal, lo hacen espontánea o deliberadamente? ¿Para hacerla caer?













































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