domingo, 23 de octubre de 2011

TAL PARA CUAL





Berlusconi fue tan complaciente como Sarko con el tirano libio que aca ba de morir asesinado. Tanto como el todavía presidente de Francia, el todavía jefe de gobierno e hiperempresario italiano aguantó los espectáculos y el séquito de supuestas vírgenes y purasangres que congregaba en torno suyo. Todo sea por el petróleo y derivados.

Metrópolis de la Libia colonial, Italia firmó después, en 1908, un tratado de amistad con la ex colonia. Al estallar la revuelta Berlusconi se tomó su tiempo dudando de la intervención de la OTAN. Al final no tuvo más remedio que incorporarse a ella, pero sin lanzar sus bombas ni arrogarse el protagonismo beligerante de Cameron y Sarko, que suculentas ganancias dará ahora.

Obama dialogó el jueves con Cameron y Sarko y Angela Merkel -pero no con Berlusconi. (Tampoco con Zapatero, claro: con la politica exterior de Tontuela Triderrotas, España no importa ni siquiera en el Magreb)

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